Carlos sufre con el actor que va a interpretar a Hamlet: Jonathan, un preso muy violento que le ha roto la rodilla al actor original para ocupar su puesto. Es un pésimo actor, pero Carlos no se atreve a echarlo por si toma represalias. Para librarse de él, Carlos y Adolfo ingenian un plan para que dé positivo en el test de drogas y que le expulsen. Un plan que terminará por desvelar un amor prohibido entre los muros de la cárcel.