Carlos Ferrer, un actor, cómico y presentador de éxito, es condenado a dos años y un día de prisión por una broma desafortunada que atenta contra los sentimientos religiosos. En sus primeros días en la cárcel, conoce a la gente con la que tendrá que convivir durante muchos meses: Adolfo, su compañero de celda, o Laura, la directora de la cárcel. Su mayor problema, sin embargo, resulta ser es el insomnio. Carlos no consigue pegar ojo, pero hacerse con unas pastillas y poder conciliar el sueño en la cárcel le va resultar muy complicado.