Bernhard Markert, director general de la fábrica de arte más grande de la ciudad de Erzgebirge, fue asesinado en la mina tras la misa navideña. Los inspectores Winkler y Szabo investigan en el mercado navideño entre adornos y vino caliente . El padre de la víctima, el anciano Hannes Markert, está profundamente afectado y ahora teme que el hijo que le queda, Jens, quiera vender la fábrica. La empresa familiar logró mantener su independencia incluso durante la época de la RDA y apenas ha sobrevivido a tiempos económicos difíciles. Pero a medida que investigan las circunstancias del asesinato descubren unas interrelaciones familiares caóticas, desestructuradas, llenas de envidias, celos e intereses econónicos.