En 1982, dos familias, los Sanders y los Landry, quedan muy conmocionados cuando se enteran de que una misteriosa enfermedad mortal llamada SIDA está amenazando el sistema sanguíneo. Cada uno tiene niños con hemofilia, una condición genética que significa que dependen de los productos sanguíneos para vivir. La comunidad médica lucha por comprender la creciente epidemia, mientras que otros niegan la urgencia.