El novio de Kashiwagi vuelve a acudir al presidente para pedirle consejo sobre su relación, ¡aunque él lo complica todo con el trabajo! Luego los presupuestos de los clubes están en peligro por los rencores juveniles del tesorero. Por último, una sola palabra pone en jaque el estatus como dama de Kaguya: ¡chinchin!