Habiendo estado preocupada por el bienestar de los plebeyos, Henrietta les pide a Louise y Saito que trabajen encubiertos y averigüen qué nobles se están aprovechando de los plebeyos de menor rango. Louise termina desperdiciando todo el dinero que le dieron para la misión en juegos de azar con la esperanza de tener suficiente para pagar un hotel caro. Negándose a pedir más dinero, Louise termina trabajando en un bar como camarera. No acostumbrada al descaro de la vida de un plebeyo, no puede ganar propinas con su temperamento estallando por todas partes. Su momento de salvación llega cuando un noble bastante arrogante decide entrar al bar.