Hiraku desarrolla su vida en el bosque, mediante ensayo y error, en la agricultura, la construcción y la fabricación de artículos de primera necesidad. Su casa se convierte en el hogar de Kuro, Yuki y sus hijos, dos bestias mágicas parecidas a lobos que conoce en el bosque, y Zabuton, una araña gigante que manipula hilos y teje telas y a la que le encanta coser. Finalmente, han pasado unos meses desde que Hiraku empezó a vivir en el bosque. Llega el invierno al otro mundo, y él sigue viviendo encerrado en su cabaña bajo la nieve. Debido a sus experiencias en una vida anterior, desea llevar una vida tranquila, evitando la interacción social, pero un día, cuando empieza a sentirse algo solo, se produce un encuentro aún más peculiar.