Estalla la Segunda Guerra Mundial y Franco quiere sacar provecho de sus alianzas con Alemania e Italia. Teme que España sea invadida por las tropas británicas desde el sur, a través del peñón de Gibraltar, o por los ejércitos aliados que luchan contra el avance del fascismo desde el norte, a través de los Pirineos. Para evitarlo, ordena construir una serie de fortificaciones y emplazamientos militares, tanto en la frontera norte como en el sur, que aseguren la defensa del país y ofrezcan una imagen de poderío militar en un panorama internacional volátil y de difícil gestión para un dictador. Cabe resaltar que España tuvo un papel destacado en el conflicto mundial con la venta de wolframio, mineral fundamental para el desarrollo armamentístico y que abunda en Galicia y Castilla y León.