Rocío, propietaria de un molino en La Mancha, vive con sus cuatro hermanos, pero apenas tienen recursos para salir adelante. Ella le asegura a los turistas que el suyo es el auténtico molino que acometió Don Quijote cuando lo confundió con un gigante. Bajo la influencia del hidalgo caballero, no dudará en irse a París a "desfacer un entuerto".